viernes, 30 de octubre de 2009

“¿Por qué la información que sale en los Medios de Comunicación no sirve para NADA? y Más cuando se trata de defender la dignidad humana".

Un periodista debe contar con un bagaje cultural amplio. Manejo de historia universal, conocer su entorno, así como identificar cuáles son las fechas representativas de su país, principales escritores y sus obras, pintores, etc. Es decir, el periodista debe semejarse a una “enciclopedia humana”, con el fin de enriquecer y dar la calidad necesaria a su nota periodística; considerando que este conocimiento no debe de ser opcional sino un requisito en la profesión del comunicador.

Sin embargo la realidad es otra. En las universidades donde se imparte la carrera de Ciencias de la comunicación, periodismo, sociología de la comunicación, etc., Nos encontramos con la característica, de que un número importante de los estudiantes eligieron está carrera, por el simple hecho de que después del bachillerato no quieren saber nada de matemáticas ó física ó química; es decir eligen la carrera no por el amor o el interés del informar.

Es un hecho que muchos eligieron esta licenciatura para “holgazanear” y graduarse de manera sencilla, o en el caso de algunas mujeres mientras agarran “galán” que en ocasiones se convierte en marido.

Escoger lo fácil siempre ha sido lo más cómodo para el mexicano y hay diversos estudios donde hablan sobre esta conducta.

El mexicano ante el mundo ha creado la imagen de ser una persona floja, conformista o atenida.

De acuerdo a un estudio elaborado por la UDG, publicado el primero de mayo del año 2000 en la gaceta universitaria en línea, muestra que el mexicano estando fuera de su patria tiene un comportamiento en el trabajo muy diferente al que tiene en un empleo en el país.

Es decir en el extranjero, el mexicano es responsable y dedicado, mientras que aquí se muestra apático. Según explican los investigadores del Instituto de Estudios Económicos y Regionales (Ineser), del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), los estímulos, la actitud y la creencia en un país con leyes que se cumplen, modifica la disposición del mexicano hacia el trabajo; es decir si un país que ocupa los primeros lugares a nivel mundial por corrupción y hay una gama de irregularidades tanto en la práctica política como es el caso de nuestro “México lindo y querido”, qué más da que vivir en la indiferencia total.

Según el INEGI en el 2004 había cerca de 67 mil jóvenes estudiando alguna carrea relacionada con la Comunicación. Una cifra por demás fuera de los límites, ya que ni siquiera el número de estudiantes de medicina es comparable.

Nos encontramos en un tiempo y espacio en el cual la información está siendo concebida como un producto; y este producto tiene precio, un precio muy alto que le está costando a la sociedad, tanto como su “Ignorancia”.

No generalizo porque hay medios que más o menos logran cumplir el objetivo primordial, que es brindar noticias con cierto contenido valioso pero son la minoría, y tienden a desaparecer debido a sus malas finanzas, pues sin patrocinadores no hay publicaciones.

Pero la premisa es: ¿cómo se puede hacer un periodismo de investigación?, si en realidad, hay dos condiciones que no se están considerando:
Primero, que los reporteros (recién egresados) no cuentan con un respaldo cultural ni antecedentes de nada y por ende no saben aterrizar la información de manera que a la ciudadanía le llegue y la pueda entender; y segundo la falta de ética de los propios medios o los dueños de estos, que hacen que la gente consuma lo que ellos quieren y nada más.

Es decir la corrupción ya invadió los medios informativos desde hace mucho tiempo. Quizá sería un sueño utópico pensar que esto se puede revertir, pero aun sigo creyendo fielmente en esto.

El novelista, Fedor Dostoievski, escribía que “el secreto de la existencia humana no solo está en vivir, sino también en saber para qué se vive”. Y esto por supuesto que se puede traducir a nuestra realidad como reporteros o periodistas, pues si no tenemos claro cuál es nuestra función, desde ahí está mal todo, ya que no hay bases que sustenten lo que decimos, por la falta de conocimientos generales.


¿Es tan obvia la ignorancia?, lo peor no es eso, sino que la ciudadanía cree en las mentiras. Y cree por la sencilla razón que nunca los medios informativos se han preocupado por reeducarla.

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